Este 27 de marzo nimbemon cumplirá dos añitos de existir, dos añitos que lo hacen a penas un bebé en tiempo humano y todo un adulto mayor para los estándares fugaces del ciberespacio [siempre me ha dado por contar, aunque creo que ya no tan obsesivamente como antes]. Dos años que, la verdad, se han sentido como los 730 días (con sus noches) que suman. Dos años en los que han pasado infinidad de cosas, como suele ocurrir con la vida mientras transcurre inexorable, cosas de las cuales a veces he posteado y otras he preferido omitir [antes, en mis diarios de papel, hacía cada fin de mes una suerte de recuento de daños y pérdidas, los enumeraba uno a uno, puntual, fatigosamente; ahora prefiero no hacerlo: los daños de la adultez son abrasadores, las pérdidas, irreparables]. En estos 730 días he escrito, he vuelto a escribir, me he cansado de editar posts antes de aventarlos hacia el mar virtual, como botellas mensajeras que guía el azar. He buscado links y referencias, he posteado música e imágenes. Me han leido (muchas gracias) y comentado (muchas más gracias). He leido comentarios, respondido a la mayoría de ellos y dialogado así con quienes amable y generosamente comparten lo que opinan sobre mis desvaríos. He derramado, tundiendo feliz este teclado, el equivalente a litros y litros de tinta a propósito de asuntos que (por lo menos a mi) me resultan vitales. Y nunca deja de sorprederme que las ideas para posts (buenas, malas, regulares, absurdas, divertidas y no tanto) parecen no agotarse [los daños y las pérdidas, en todos sentidos, son motor de la escritura; la risa y el gozo se comparten mejor cara a cara]; es sólo el tiempo del que dispongo para escribir aquí el que, desde hace meses ya, se estrecha poco a poco porque salir al mundo y concretar la vida cotidiana requieren cada vez más esfuerzo, atención y horas diarias. Siempre quedan posts en el tintero [por fortuna, por desgracia, por pudor o inconstancia], esperando a que una escapadita de los constreñimientos de la agenda les de existencia [sigo esperando que la risa y el gozo también se conviertan en motivos para escribir]. Por eso hoy me escapo por unos minutos para celebrar anticipadamente los (casi) dos años de nimbemon. Para prometerme que hurgaré más frecuentemente en el fondo del tintero, que encontraré razones alborozadas y recobraré el entuasiasmo bloguero (y vital), que tiraré por la borda la agenda y me daré el tiempo que sea necesario para hacer esto, lo que más me gusta y satisface de todo, o casi todo [escribir aquí...].
Música, cortesía de arturozoe2.
Música, cortesía de arturozoe2.
7 comentarios:
Bueno, pues muchas felicidades, esperemos que este blog dure muchos años más.
Saludos.
Muchas Felicidades Nim!!! que las horas se te alarguen para que puedas escribir todo lo que desees, y hagas todo lo que se te antoje!
Muchas felicidades, espero este blog dure muchos años más.
Saludos,
Diana Torsion
feliz cumpleaños Nimbemon!!!! sigue escribiendote....
Por qué será que es mucho más facil compartir la tragedía, el dolor, la desesperación, etc, etc,etc, que las maravillas de la mundana vida cotidiana que chispea de felicidad absurda, en fin, sólo me pregunta... felicidades y que no deje de ser un vehículo para darle a todos un poco de todo.
saludos
Felicidades :) Es muy interesante tu blog, continua así :D
Siempre quedan posts en el tintero [por fortuna, por desgracia, por pudor o inconstancia], esperando a que una escapadita de los constreñimientos de la agenda les de existencia. Me encantó esa parte.
Te leo desde que eras un bebé, ja, aunque para los estándares cuando te vi ya eras todo un infante, querido blog.
Sigue dándonos de esa 'carnita', Nimbemon, que tus lectores disfrutamos tanto.
Saludos ;-)
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