Desde la fe -ese semanario católico de información y formación (ejem, ejem) que histórica(y a veces histérica)mente arrea al rebaño hacia el camino de la Iglesia Católica y de los diezmos, entre otras cosas- publicó en su sitio web el domingo 11 de septiembre de 2016 una suerte de entrevista (o diatriba, o relato admonitorio, o regaño quesque bien intencionado, o... quién sabe qué) intitulado "No se nace homosexual", escrito por uno de sus reporteros, Vladimir Alcántara. Dado el interés nacional de la discusión sobre esa entelequia que cuesta mucho hallar empíricamente, es decir, sobre la santísima familia natural, Desde la fe hace el favor de aclararnos en este artículo la raíz de todas las confusiones de quienes abogan por la igualdad de derechos: para empezar, ser gay es una condición reversible y, por lo tanto, no es normal que los homosexuales se casen y adopten si con poquititita voluntad y hartísima fe pueden regresar felizmente a la bendita heterosexualidad. Lo normal es ser heterosexual y casarse como (el) Dios (católico) manda, ¡sépanlo bien, antinaturales apóstatas antifamilias que pretenden que la gente anormal tenga derechos!
Ante tanta salvajada, en homenaje a Por mi madre, bohemios y para documentar nuestro optimismo, me permito comentar el susudicho artículo o, más bien, destrozarlo entre risa y carcajada con mis sesudas y muy laicas opiniones entre corchetes y en morado. Aquí el texto íntegro de "No se nace homosexual" (nomás le puse italícas donde correspondían), porque, estimados lectores y apóstatas colados, hay que enfatizar que no estamos como para andar transformando aquello que somos al nacer: ¡somos bebés y se acabó! Ni se les ocurra desarrollar una personalidad, filias y fobias; acuérdense que no nacieron para eso, ni tampoco para amar [snif de la R.].
No se nace homosexual
Vladimir Alcántara
Richard Cohen, Director de Positive Approaches To Healthy Sexuality (PATH) [porque, no se confundan queridos lectores y perversos apóstatas, la sexualidad es un asunto tan simple que únicamente hay UN camino verdadero y deseable, todo lo demás es chaqueta mental; lo mismo va para el género], ha dedicado sus últimos 26 años de vida a trabajar con personas que se sienten atraídas por otras del mismo sexo, pero que en el fondo [en el fondo de... ¿sus arraigadas y muy arbitrarias convenciones sociales y culturales?] desean llevar un estilo de vida heterosexual, casarse, tener hijos y formar una familia [¿a poco ser heterosexual es un estilo de vida como ser runner, "darks" o vegano/a?]; o simplemente llenar un vacío que no han podido llenar con ese modo de vida. [Pos si se trata de llenar vacíos, es ampliamente conocido -y muy recomendado por el capitalismo- que comprar zapatos o comprar, así nomás porque sí, funciona muy bien.] El psicoterapeuta, quien en el pasado tuvo varias parejas hombres, habla para Desde la fe sobre la homosexualidad, sus causas y consecuencias, y algo muy interesante y poco sabido: sobre su carácter reversible. [¿Será esta teoría una chafísima y catoliquísima [catoloquísima, corrige la R. entre insidiosa y servicial] versión de la fluidez de los géneros y las sexualidades de Judith Butler? ¿Será? ¿Será una adaptación, plagio o falta de comillas presidenciales de la reversibilidad de lo femenino tipo Jean Baudrillard? ¿Qué será, pues? Ilumínanos con tu luz y tu conocimieto, Desde la fe.]
Cohen, por principio de cuentas, aclara que respeta y tiene aprecio por los miembros de la comunidad LGBT [aquí nadie está discriminando o menospreciando a nadie, ¿eh? Que quede bien clarito, malpensados y conspiranoicos lectores y apóstatas de lo peor que les acompañan...], con quienes se siente hermanado, pues sabe, por propia experiencia, lo que es ser objeto de ataques y actos discriminatorios por el hecho de ser homosexual.
Ante tanta salvajada, en homenaje a Por mi madre, bohemios y para documentar nuestro optimismo, me permito comentar el susudicho artículo o, más bien, destrozarlo entre risa y carcajada con mis sesudas y muy laicas opiniones entre corchetes y en morado. Aquí el texto íntegro de "No se nace homosexual" (nomás le puse italícas donde correspondían), porque, estimados lectores y apóstatas colados, hay que enfatizar que no estamos como para andar transformando aquello que somos al nacer: ¡somos bebés y se acabó! Ni se les ocurra desarrollar una personalidad, filias y fobias; acuérdense que no nacieron para eso, ni tampoco para amar [snif de la R.].
No se nace homosexual
Vladimir Alcántara
Richard Cohen, Director de Positive Approaches To Healthy Sexuality (PATH) [porque, no se confundan queridos lectores y perversos apóstatas, la sexualidad es un asunto tan simple que únicamente hay UN camino verdadero y deseable, todo lo demás es chaqueta mental; lo mismo va para el género], ha dedicado sus últimos 26 años de vida a trabajar con personas que se sienten atraídas por otras del mismo sexo, pero que en el fondo [en el fondo de... ¿sus arraigadas y muy arbitrarias convenciones sociales y culturales?] desean llevar un estilo de vida heterosexual, casarse, tener hijos y formar una familia [¿a poco ser heterosexual es un estilo de vida como ser runner, "darks" o vegano/a?]; o simplemente llenar un vacío que no han podido llenar con ese modo de vida. [Pos si se trata de llenar vacíos, es ampliamente conocido -y muy recomendado por el capitalismo- que comprar zapatos o comprar, así nomás porque sí, funciona muy bien.] El psicoterapeuta, quien en el pasado tuvo varias parejas hombres, habla para Desde la fe sobre la homosexualidad, sus causas y consecuencias, y algo muy interesante y poco sabido: sobre su carácter reversible. [¿Será esta teoría una chafísima y catoliquísima [catoloquísima, corrige la R. entre insidiosa y servicial] versión de la fluidez de los géneros y las sexualidades de Judith Butler? ¿Será? ¿Será una adaptación, plagio o falta de comillas presidenciales de la reversibilidad de lo femenino tipo Jean Baudrillard? ¿Qué será, pues? Ilumínanos con tu luz y tu conocimieto, Desde la fe.]
Cohen, por principio de cuentas, aclara que respeta y tiene aprecio por los miembros de la comunidad LGBT [aquí nadie está discriminando o menospreciando a nadie, ¿eh? Que quede bien clarito, malpensados y conspiranoicos lectores y apóstatas de lo peor que les acompañan...], con quienes se siente hermanado, pues sabe, por propia experiencia, lo que es ser objeto de ataques y actos discriminatorios por el hecho de ser homosexual.
Sin
embargo, señala que, de acuerdo con la Asociación Americana de
Psicología, no hay evidencias que permitan concluir que la
homosexualidad esté determinada por la genética hormonal [recontrasic, ¿neto existe la "genética hormonal"? A lo mejor es una novedosísima área de investigación inventada... inaugurada, quise decir, por el prestigioso trabajo de Mr. Cohen] u otro factor
particular, por lo que no se puede decir que se nace con inclinaciones
homosexuales. [Así como tampoco hay evidencias, salvo las de Mr. Cohen y algunos médicos nazis, de que la terapia de conversión sexual -que es precisamente lo que propone Mr. Cohen- realmente funcione. Hasta Wikipedia lo sabe y la propia Asociación Americana de Psicología NO la recomienda y considera que puede ser dañina. Pero dejemos que Mr. Cohen -a través del camarada Vladimir Alcántara- siga argumentando, tan elocuentemente como sólo él sabe hacerlo.]
Refiere que en el pasado tuvo
varias parejas hombres, entre ellas una con la que duró tres años. Se
sentía totalmente atraído por los hombres, pero en el fondo de su alma
[¿no habrá querido decir "en el fondo de la heteronormatividad que habita en lo más recóndito de su psique y que nunca, pero nunca dejó de joderle"?] quería casarse con una mujer y tener familia. “Actualmente llevo 36 años
de casado con mi hermosa esposa y tenemos tres niños maravillosos.
Mucha gente me decía: ‘tú no puedes cambiar; naciste gay y sólo
acéptalo’; pero al final quedó demostrado que el cambio es posible. [¡Claro! ¡El cambio es posible! ¡Ni que fuéramos imágenes de santos o crucifijos! Todos podemos cambiar: ahí están incontables hombres y mujeres trans para dar testimonio de su cambio. La R. que recomienda al respetable ver el documental Morir de pie de Jacaranda Correa.] Así
como yo, hay muchas personas inconformes con sentirse atraídas por
personas del mismo sexo, quienes anhelan llevar un estilo de vida
heterosexual, porque hombres y mujeres están diseñados
heterosexualmente, hombres y mujeres ajustan a la perfección desde la
perspectiva biológica, que el cambio de homosexual a
heterosexual es posible. ¡Ocurrió en mi caso!” [¡Por
supuesto! ¡La biología lo explica todo! ¿Escucharon eso, condenadotes
apóstatas? La cultura, la historia, la ideología y la sociedad qué... Es
una verdad incuestionable que hombres y mujeres son como tornillos y
tuercas, como piezas de Lego o Tetris que embonan súper bien.
¿Por qué buscarle más combinaciones a lo que "naturalmente" sólo tiene
una opción? ¡Que necedad con la diversidad, ash!]
A Richard Cohen le llevó años entender la razón de su debilidad [¡maldita carne débil, tan tentadora, tan pecadora y, encima, tan gay!] o gusto por los hombres; pero llegó el tiempo en que pudo descubrir los factores que, en su caso particular, lo predispusieron a esa condición. [A ver, Mr. Cohen, ilústrenos con su conocimiento revelador y, parece ser, catoliquísimo aunque usted haya crecido en una familia judía y luego se haya convertido a la Iglesia de la Unificación... Aquí están los detalles. Pseudo psicoanálisis de alguien que no tiene licencia para ser terapeuta en 5, 4, 3, 2, 1...] “Hubo una falta de unión con mi padre y un apego excesivo hacia mi madre; había abuso físico por parte de mi hermano mayor, y abuso sexual por parte de mi tío; pero algo de lo más importante es que tenía yo un temperamento hipersensible. [Porque obvi que la hipersensibilidad no tiene que ver nomás con el sol o con el gluten...] Si hubiera algo genético o biológico en la homosexualidad, sería la hipersensibilidad [¿pos no que no había nada genético ni biológico en la homosexualidad?]; el chico o la chica hipersensibles pueden ser fácilmente heridos, el chico con frecuencia por la lejanía del padre, y la chica por la de la madre; ya sea por un distanciamiento real o por una mala interpretación de ellos mismos [mala interpretación la que usted nos está ofreciendo de la homosexualidad, Mr. Cohen], pero esta percepción se transforma en su realidad, y es muy probable que busquen ese amor inalcanzado en los brazos de una persona del mismo sexo”. [Y, ¿no podría ser también muy probable que buscaran el amor en los brazos de alguien del sexo opuesto? Yo nomás pregunto...]
A Richard Cohen le llevó años entender la razón de su debilidad [¡maldita carne débil, tan tentadora, tan pecadora y, encima, tan gay!] o gusto por los hombres; pero llegó el tiempo en que pudo descubrir los factores que, en su caso particular, lo predispusieron a esa condición. [A ver, Mr. Cohen, ilústrenos con su conocimiento revelador y, parece ser, catoliquísimo aunque usted haya crecido en una familia judía y luego se haya convertido a la Iglesia de la Unificación... Aquí están los detalles. Pseudo psicoanálisis de alguien que no tiene licencia para ser terapeuta en 5, 4, 3, 2, 1...] “Hubo una falta de unión con mi padre y un apego excesivo hacia mi madre; había abuso físico por parte de mi hermano mayor, y abuso sexual por parte de mi tío; pero algo de lo más importante es que tenía yo un temperamento hipersensible. [Porque obvi que la hipersensibilidad no tiene que ver nomás con el sol o con el gluten...] Si hubiera algo genético o biológico en la homosexualidad, sería la hipersensibilidad [¿pos no que no había nada genético ni biológico en la homosexualidad?]; el chico o la chica hipersensibles pueden ser fácilmente heridos, el chico con frecuencia por la lejanía del padre, y la chica por la de la madre; ya sea por un distanciamiento real o por una mala interpretación de ellos mismos [mala interpretación la que usted nos está ofreciendo de la homosexualidad, Mr. Cohen], pero esta percepción se transforma en su realidad, y es muy probable que busquen ese amor inalcanzado en los brazos de una persona del mismo sexo”. [Y, ¿no podría ser también muy probable que buscaran el amor en los brazos de alguien del sexo opuesto? Yo nomás pregunto...]
Señala que después de entender estos
factores, le llevó otro tiempo prolongado sanar las heridas que lo
habían condicionado a vivir una vida homosexual [porque, no se hagan bolas queridos lectores y cochinos apóstatas que nomás ven de lejitos: la homosexualidad no es más que un condicionamiento del cual uno se puede descondicionar...]; y fue a través de
experiencias de amor reparadoras por parte de personas heterosexuales que su atracción a personas del mismo sexo fue disminuyendo, al tiempo
que comenzaba a tener deseos heterosexuales. [¿Está
usted sugiriendo, Mr. Cohen, que no existen "experiencias de amor
reparadoras" en un contexto homosexual? Chiaaaleeee... Luego por qué le cancelan sus conferencias, aquí la nota.] “Gracias a esa efectiva
terapia de mis amigos, yo experimenté una profunda transformación en mi
corazón. [Dale con el corazón y el alma, que, por cierto, NO TIENEN SEXO, así de ese sexo biológico de penes y vaginas con el cual se trata de justificar y explicar todito, todo.] Sentí entonces un llamado de Dios para realizar un grado de
maestría en Psicología y ayudar a otros a superar la atracción por
personas del mismo sexo”. [¡Ajá! El hilo negro ya apareció: que ciencia ni que terapia ni que nada, ¡esto es un discurso religioso!]
Richard Cohen asegura
que, durante sus 26 años de labor como psicoterapeuta, ha ayudado a
miles de hombres y mujeres homosexuales alrededor del mundo a llevar una
vida heterosexual. Además ha asesorado a cientos de padres de familia
para que sepan cómo amar a sus hijos cuando manifiestan inclinaciones
homosexuales, y ha capacitado para ayudar a personas a superar su
tendencia homosexual, a unos 6 mil psicólogos, psiquiatras, clérigos y
líderes religiosos en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. [¿Vieron, pérfidos apóstatas? Cuando se quiere se puede: eso de dejar de ser gay es cuestión de decisión, disciplina y oración, ¡sépanlo bien y dejen de andar exigiendo derechos!]
Un
punto importante que aclara Richard Cohen es que las relaciones
sexuales nunca son suficientes para llenar el vacío que sienten quienes
llevan una vida homosexual [y, ¿las relaciones sexuales heterosexuales sí llenan el vacío o cómo? ¿El vacío ese del que habla, Mr. Cohen, es exclusivamente para homosexuales?], que lo que deben hacer es trabajar sobre dos
aspectos trascendentales: sanar aquellas heridas irresueltas del
pasado, y reconocer que su condición de homosexual se ha originado de un
deseo surgido en la infancia, de obtener aceptación y amor, y no de una
necesidad sexual. [Changos, ya me confundí... Mr. Cohen, ¿habla usted de amor, de autoestima, de psicología infantil, de sexo, de dogmas católicos, de expectativas sociales y familiares o de qué demonios?] “Detrás de un homosexual hay un niño dolido por un
sentimiento de rechazo, o por falta de amor; y lo que menos necesita
para llenar ese vacio es una relación sexual, porque un niño no necesita
tener sexo, sino alcanzar un cariño que le fue negado, tener
experiencias saludables de amor”. [Supongo que estamos de acuerdo en que un niño no necesita sexo, tampoco una niña. Me
pregunto, Mr. Cohen y Desde la fe, si le habrán sugerido terapia de conversión sexual al
Padre(cito) Maciel... Tal vez no se les ocurrió porque Maciel nomás era pederasta y es bien
sabido que eso se "cura" con un coscorrón, harta introspección en
solitario y un conveniente cambio de parroquia...]
Señala
que a lo largo de más de cinco lustros como terapeuta, ha visto cuatro
tipos de clientes con orientación homosexual que buscan un cambio:
personas jóvenes que anhelan la heterosexualidad; personas casadas que,
por amor a sus hijos, desean abandonar sus deseos homosexuales; personas
que con frecuencia intentan relacionarse con gente del sexo opuesto,
pero sin éxito, y finalmente quienes sienten que su estilo de vida es
incompatible con sus creencias religiosas o espirituales. [Y el rechazo y la persecución y la discriminación y el bullying naaadaaa tienen que ver con que alguien quiera dejar de ser gay, ¿verdad? La R. que intenta, infructuosamente, complejizar la tipología de Mr. Cohen.]
Cohen
ha tenido grandes éxitos [¿así de grandes como los de JuanGa? La R. que se regodea en su chistorete...] ayudando a mucha gente a resolver su problema
de homosexualidad y cumplir sus sueños heterosexuales. [¡¿Sueños heterosexuales?! La R. que casi se cae de la risa... ¿Qué sigue? ¿Cumplir los sueños de fama y fortuna de los "conversos" de Mr. Cohen?] “Personalmente,
he tenido un 85 por ciento de efectividad en el trabajo. [Es bueno saber que siempre habrá un 15% de casos perdidos que ni cómo hacerle.] A través de un
programa que explico en mi libro Comprender y sanar la homosexualidad,
la gente puede lograr un cambio de adentro hacia afuera. No se trata de
un simple cambio de comportamiento, sino de identificar las causas de
esa orientación sexual, para resolver después cada tema. Mediante un
proceso de sanación que se detalla, se disiparán los deseos homosexuales
y emergerán los heterosexuales”. [Porque, estimados lectores y apóstatas necios que andan merodeando por ahí, es bien sabido que los deseos son como fumarolas o, más bien, como llamaradas de petate que con soplarles tantito ya se esfuman...]
Además de
Comprender y sanar la homosexualidad, Richard Cohen ha publicado otro
libro intitulado Hijos gay, padres heterosexuales, en el que enumera 12
principios para padres inconformes con la orientación sexual de un hijo. [Creo que aquí el texto revela, muy a su pesar, que a veces los verdaderos "inconformes con los deseos homosexuales" son los papás de los hijos y no los hijos...]
“Hay muchos casos en que los padres no soportan tener un hijo con
inclinaciones homosexuales, por lo que es importante conocer los pasos a
seguir para ayudarlos a cumplir con su verdadero potencial sexual [recontrasic. ¿¡Potencial sexual?! ¿Qué carajos es eso? ¿Es como el potencial creativo o humano pero para el sexo? Mr. Cohen, ¿está usted sugiriéndole a los lectores de Desde la fe que exploren y exploten su potencial sexual hasta el cansancio, hasta la saciedad o hasta dónde? ¿No será eso una mala idea, Mr. Cohen, incluso pecado? La R. que casi, casi desfallece y está a punto de santiguarse, pero por el enorme despropósito en el uso del término "potencial sexual"]; los
padres necesitan estar cerca de sus hijos, y las madres cerca de sus
hijas [armen ya sus clubes de Toby y Lulú, ¡insidiosos apóstatas! ¿No ven que ahí yace la solución de todo lo que atenta contra la familia y la sociedad y la Iglesia y la civilización y el orden y el progreso?], es uno de los puntos más importantes, una sencilla recomendación
que se vuelve cada vez más compleja en la medida en que pasan los años.
En mi tercer libro –señala Cohen–, Abriendo las puertas del armario, ofrezco ideas prácticas para que cualquier persona pueda entender y resolver el dilema homosexual frente a la Iglesia y la cultura actual. “También hay padres que deben dejar de culparse por las inclinaciones homosexuales de un hijo, para evitar compensar de manera inadecuada, y poder comenzar a amarlo de una forma correcta”. [O sea, ¿cómo? ¿Son culpables o no los padres de las inclinaciones homosexuales de sus hijos? ¿O nomás son la "causa" de tales inclinaciones, aunque ni se den cuenta? Todos esos años de no pelar a los chamacos, ¿explican su homosexualidad? ¿O, tal vez, los padres aman a sus hijos de a tiro "mal" y por eso éstos se "vuelven" gay? ¡Les dije que no habían nacido para amar, pero no me escucharon! ¿Qué pasó con la efectividad comprobada de los clubes de Toby y Lulú? Mr. Cohen, decídase de una vez.]
Finalmente,
Cohen envía un mensaje a todas aquellas personas que desean resolver su
atracción hacia el mismo sexo: “No dejen que nadie estorbe su camino,
no crean cuando la gente dice: ‘No puedes, debes resignarte’. [¿Oyeron eso, cochinos apóstatas? ¡Que nadie les diga que deben resignarse a andar así, como si nada, exigiendo derechos para la gente necia que se empeña en no querer cambiar su perversa homosexualidad que nomás busca destruir a la gran familia mexicana (y, de pasadita, también a la sacrosanta e infalible Iglesia Católica)!] Tú desecha
esa renuncia, sigue a tu corazón y nunca claudiques; si yo pude,
también tú. Y cuando lo logres, ayuda a otros. ¡Sé Jesús para ellos!” [Por Dios, ¡Yisus! ¡Ya saliste a colación! Ay, Yisus, seguramente estás leyendo estas líneas pensando: ¿por qué me meten en asuntos sobre los cuales nunca prediqué?]
¿Quién es Richard Cohen?
Richard
Cohen es licenciado en Psicología Terapéutica por la Universidad de
Antioch y la Universidad de Boston. Es psicoterapeuta [sin licencia, ya lo dijo la R. que (casi) siempre hace precisiones muy útiles para el lector y la lectora] y educador, y uno
de los mayores expertos en el campo de la reorientación sexual al ser
terapeuta y, a la vez, haber experimentado la transición desde la
homosexualidad a la heterosexualidad.
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