sábado, 28 de agosto de 2010

Todo sucede

He olvidado por completo aquéllo sobre lo que quería escribir. Es difícil trazar la sinuosa trayectoria de un tren de pensamiento desbocado que al andar divaga por necesidad. Pero ser monotemática y circular -como soy- ayuda en estos casos: me parece que iba a escribir sobre los últimos días en que todo ha dejado de pasar de largo, de languidecer en monótono fade out. El tiempo que pasaba neutro, indiferente, se acabó de golpe. De pronto todo empieza a suceder: categórico e irremediable, todo sucede. Las horas se agolpan, feroces, sublimes; la vida me sorprende y se derrama sin control; pesa feliz el descanso perdido, se intensifica un bendito agotamiento. Y el pasado -esa vieja pesadilla, ese mal sueño desvencijado- se queda atrás, se vuelve un punto lejano en el horizonte, como si la viveza del hoy lo hubiera tirado por la borda hace años.



Speeding away with no time to spare.
Speeding away from the same nightmare.
Freedom... freedom, icy freedom...

Video eclecticón y locochón, cortesía de pureswitch.

jueves, 19 de agosto de 2010

Uva

Anoche sabías a uva. Uva, ¡qué palabra tan curiosa! La veo escrita y la repito y me provoca extrañeza. Uva: emparentada en la u con ubicuo, en la v con vital y en la a con afán, con anhelo, con ansia, arrojo y ardor. Me supiste a uva en cada roce. Cada mirada aceitunada en realidad sabía a uva. Me supiste a vitalidad teñida de ubicuo verde uva; a rodar ensortijados por el piso verde de vides y parras, de verdinegras grecas. A dejarse llevar. Me supiste a compartir desde el corazón en forma de verde gema, de uva esmeralda. Cada gesto tuyo me supo a uva. Y hoy que recuerdo lo de ayer, todavía queda un breve y suave dejo a uva en mis labios.



Música, cortesía de maniaczec91.

lunes, 16 de agosto de 2010

De veras que ya no hay moral. Sobre Trixia Valle y su mundo sin valores

Para Moy, por la evidente consonancia ideológica
(o nomás porque nos enfurruñan las mismas cosas).

ADVERTENCIA
Si eres fanz de Trixia Valle no leas este post, nomás te vas a enojar o, en una de esas, a confundir. Las siguientes líneas están escritas desde una libérrima subjetividad que, aunada al poco material de la autora subido en la red (y a mi rotunda negativa de salir corriendo ahora mismo para comprar uno de sus libros), no ofrece un punto de vista informado ni neutral con respecto a lo que debaten.

Supongo que es una verdadera bendición que a estas alturas del partido aún no haya tenido hijos. Segurito que si los tuviera los estaría educando para que fueran artistas geniales e incomprendidos, revolucionarios sufis, monstruitos antiestablishment o librepensadores pacifistas e interreligiosos. Porque de eso a seguir los sesudos consejos de Trixia Valle -escritora y destacada conferencista internacional, dice su sitio- para educar niños y niñas en "un mundo sin valores" mejor me quedo con mis prejuicios... En este modestito análisis de dicho portal, me conformaré con abocarme a la suscinta descripción que hace la autora del "mundo light" en sus Tips para papás (¿será que las mamás no necesitan guía alguna?). Hechas estas salvedades y en la esperanza de no sonar demasiado académica (achis... yo aquí trifulquenado cuando la tesis me llama), procedo a explicar mis argumentos.

Dice Trixia que este "mundo light" en que vivimos (cual valle de lágrimas, añado yo) se caracteriza por tres factores (¿?) principales: el materialista, el hedonista y el banal. Como éste no es el espacio para desembrollar la confusión de términos y la falta de profundidad conceptual de Trixia (para eso están los tres volúmenes de El Capital de Karl Marx, hartos libros sobre Epicuro y Modernidad líquida de Zygmunt Bauman, entre muchos otros textos), solo comentaré que los dos primeros "factores" (el tener sobre el ser y el placer sobre el dolor), incluso como los entiende Trixia, son de hecho posiciones éticas, políticas y hasta estéticas: valores a fin de cuentas. ¿Dónde quedó entonces "el mundo sin valores" del que Trixia promete salvarnos? Ahora bien, lo de la banalidad definitivamente no me quedó claro, por lo que me permito citar la definición que da Trixia en su sitio:

Banal: lo que identifica a algo que no sobresale de lo ordinario y común, que carece de toda importancia y novedad. En mi criterio, la banalidad es ver “X” cualquier cosa que suceda… “Mataron a diez”, “ah, si, mmmm”. Es dejar de darle importancia a los eventos y desdibujar la raya entre el bien y el mal, pues todo queda en el medio. La banalidad surge cuando dejamos de escuchar a nuestro Pepe Grillo (o sea a nuestra conciencia) y nos queremos engañar en que cualquier acción positiva o negativa carece de importancia. Pero yo pregunto: ¿qué le pasó a Pinocho cuando dejó de escuchar a Pepe Grillo?

También me voy a permitir interpretar esta definición para encontrarle un poco de sentido. Si bien lo extraordinario y/o fuera de lo común -cualidades que pueden atribuirse a los Emos, por ejemplo, tan dañaditos como le parecen a Trixia- resulta algo así como la antítesis de lo banal, me parece que equiparar "banal" a "relativo", ese intersticio entre bueno y malo, es una barbaridad: ni todo lo banal (intrascendente, vulgar o de poca importancia) es relativo (condicional, limitado, parcial, restringido e incluso accidental) ni viceversa. Además, adivinar que lo que está diciendo Trixia en el fondo es que alguien "banal" es "malo" o que hace cosas "malas" (porque, yo me respondo, se le perdió el Pepe Grillo en su camino a la perdición) es todavía mucho más bárbaro. Existen miles de personas que seguramente para mis estándares o lo de Trixia son banales y/o superficiales, pero eso no necesariamete implica que sean "gente malvada".

¿A qué apela entonces Trixia? ¿A que los chavos y chavas, al igual que los padres y madres que leen sus consejos, combatan el materialismo, el hedonismo y la banalidad al hacerse conscientes de cuán nocivos son? Supongo que si. Y que esta consciencia, ¿devenga en el compromiso con la circunstancia que les toco vivir? Y que este compromiso, de pura casualidad, ¿conlleve una dimensión política? ¿Apunta Trixia hacia una lucha por la subversión de los fundamentos de la injusticia, la desigualdad y la explotación? No lo creo. Tal vez a lo más que llegue un compromiso de este tipo sea a invitar a la gente a seguir Iniciativa México en Facebook o Twitter. Y esto debido a que Trixia es orgullosa colaboradora del aparato de masas que ha instaurado en la psique mexicana, a base de miles de millones de pesos y horas aire, aquéllo que ella misma evidencia como causa quintaesencial de nuestras desgracias: las ilustrísimas producciones de Televisa. Asesorar al elenco de la telenovela Atrévete a soñar o ser editorialista de la revista Tu no son cartas de presentación muy elogiosas que digamos, al menos en la realidad de la que yo soy testigo.

En total descuerdo con lo que dice Trixia, me niego a creer que vivimos en "un mundo sin valores". Por un lado, con solo darse un paseito por Atenco o ver el trabajo de infinidad de organizaciones civiles de todos colores y sabores -desde el Fondo de Aborto para la Justicia Social MARIA hasta Gatos Olvidados- se da uno cuenta de que en México abundan fuertes posiciones morales y políticas llevadas a la acción. Que no nos gusten o estemos en desacuerdo con ellas es otro cantar. Por el otro, Televisa y el PAN (por mencionar solo dos fuentes del horror) se la pasan machacando nuestros oidos con presupuestos sobre lo que debe y no debe ser, sobre lo que se debe y no hacer y hasta pensar: que si comprar zapatos, ir de reven para ser popular o ver las comedias es la respuesta inmedita y definitiva a cualquier angustia existencial; que si el aborto es (paradójicamente) el mismititito demonio encarnado; que si en este país la democracia -y de pasadita la guerra antinarco- es lo único que nos hará libres; etcétera, etcétera. Insisto: aunque no me gusten estas perspectivas sobre el mundo y la vida en él, no dejan de reflejar valores porque implican una jerarquización de prioridades puesta en práctica.

En suma, la caracterización del mundo contemporáneo que hace Trixia me parece, si me perdonan la ironía, materialista, hedonista y banal. Y, ya entrados en gastos, si me permiten por último (que ya bastantes permisos me he dado en este post) la moraleja de la historia, pues ahí les va: mientras no estemos dispuestos a respetar la diversidad de valores y puntos de vista que dan sentido y dirección a formas de vida individuales y prácticas colectivas y mientras no estemos convencidos de que el diálogo es la única manera de tratar de solventar los conflictos que esta diversidad necesariamente ocasiona, ni la mismísima recuperación del Pepe Grillo perdido nos va a salvar como sociedad. He dicho. Y mejor ya me voy a hacer la tesis...

jueves, 12 de agosto de 2010

Imprecisiones

Una sensación elusiva. El segundo efímero que duró este recuerdo. Una atmósfera mutable. El inexorable paso del tiempo. Parpadear bajo el sol y llorar bajo la lluvia. Confiar en la incertidumbre. El sobresalto por venir. La tranquilidad perdida. Un deseo inasible. Un corazón añorante, elucubrante, maquinante. Olvidar lo que estaba a punto de decir. Olvidarme de todo lo que prometí. Los tres pies del gato. Saltar por la ventana. La imagen volátil que detonó un aroma. El quiero pero no puedo. El puedo pero quién sabe. Y después de tanta imprecisión nomás queda precisar que estas líneas no buscan decir nada. Solo son pretexto para esta canción...



La tristísima carita de Damon Albarn y Gorillaz, cortesía de grungemaniacox8.