miércoles, 19 de noviembre de 2014

La institucionalidad indefendible. Sobre "La trampa" de Beatriz Pagés

Beatriz Pagés, secretaria de Cultura (sic) del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (el CEN del PRI), ha descubierto el hilo negro de Ayotzinapa y hasta incluyó al mismísimo chamuco en él. Su texto "La trampa" nos explica al común de los mexicanos -medio lelos, desinformados y, sobre todo, ingenuamente crédulos- las verdades irrefutables y últimas de la institucionalidad mexicana: qué Estado ni qué nada, lo de Ayotzinapa y todas sus secuelas (precuelas, reintegros y demás), ¡son un vil compló contra México! Como hiciera Carlos Monsiváis en "Por mi madre, bohemios", me permito transcribir de manera íntegra las palabras de Pagés y comentarlas -medio en broma, medio en serio- entre corchetes y en morado. ¿Qué le queda a uno por hacer cuando parece que el sospechosismo -o una ingenuidad que raya en lo cínico- es línea editorial y política del priísmo para desmarcarse de cualquier crítica, aunque con ello sólo evidencie su completa insensibilidad, al fingir inocencia y demencia, ante un país legítimamente convulsionado?

La trampa, por Beatriz Pagés [De ceño fruncido, mirada inquisidora y súper convencida y convincente según la foto… Aquí el enlace al texto original, nomás pa que vean la contundente carita de Pagés, lástima de la flacidez de sus argumentos...]
La cadena de protestas y actos vandálicos —perfectamente bien orquestados [por… ¿quién, específicamente? Doña Beatriz, no ande tirando la piedra y escondiendo la mano. Ándele, suelte la sopa de lo que presuntamente sabe. Ilumínenos, pues...]— replicados en varias partes del país demuestra que la desaparición y probable exterminio de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa forma parte de una trampa estratégicamente puesta a México. [¿Cuál "trampa"? ¿Cómo que "estratégicamente"? ¿Cuál "México"? ¿A poco hay un sólo México? La maquiavélica maquinación de la que habla, ¿se la tendieron arteramente al "México" de los libros de texto gratuitos, al de los monumentos patrios, al de los creadores y atletas "que ponen su nombre en alto"? ¿No se estará refiriendo al "México" de los intereses políticos y económicos del CEN del PRI? Explíquese: sea clara y sea seria, por favor.]
En esa trampa participan varios: el crimen organizado, grupos guerrilleros, agrupaciones sindicales como la Coordinadora de Maestros de Guerrero, mercenarios anarquistas como los que intentaron incendiar la puerta de Palacio Nacional, y partidos políticos —tipo Morena— que apuestan a ganar con la desestabilización. [Oigame no: a mi Morena me cae muy, pero muy mal (porque quesque nunca iba a ser partido y así…), pero no me los ande difamando sin aportar pruebas. Y, por cierto, ¿de qué estabilidad en vías de desestabilización habla usted, Doña Beatriz? ¿No me diga que se creyó eso del Mexican Moment cuando el común de los mortales hemos vivido, desde hace años, en un estado de guerra desatada y sobre una gran fosa común producto de ella?]
Basta mirar la firma de Andrés Manuel López Obrador en la puerta incendiada de Palacio —“Lárgate Peña…”— para entender sobradamente lo que está detrás de Ayotzinapa. [¿De veras la firmó? ¡Qué buena vista y capacidad semiótica tiene usted para descifrar flameantes mensajes desestabilizadores!]
Todos estos activistas y propagandistas del terror tienen el mismo modus operandi: utilizan un discurso provocador, engañador y fraudulento [¿tipo discurso priísta sesentero y setentero, ese de Díaz Ordaz y Echeverría sobre las turbias fuerzas desestabilizadoras foráneas al prístino, sagrado y abstracto "México" de corazón exclusivamente tricolor?] para confundir y hacerle creer a la sociedad que la desaparición y posible asesinato de los 43 jóvenes normalistas es un crimen de Estado, como si el gobierno mexicano hubiera dado la orden de exterminarlos. [Pos para los antecedentes represores y homicidas del Estado priísta en la guerra sucia, no se diga en Guerrero, pensar que las instituciones del gobierno federal algo tuvieron que ver -por acción u omisión- no resulta tan descabellado o, de plano, ¿sí le parece una especulación infundada?]
Anarcos y medios de información están dedicados a repetir arengas como “¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!” [se nota muy claramente, Doña Beatriz, que a usted nunca le han desaparecido ni asesinado a nadie y que no tiene un mínimo de empatía para tratar de entender el trasfondo emocional, histórico y político de lo que, medio despectivamente, llama "arengas"…], para crear la percepción de que las autoridades federales son las responsables directas de un crimen de lesa humanidad, cuando la verdadera autoría material e intelectual es de los cárteles de la droga y de funcionarios locales, claramente identificados, coludidos con ellos. [Pos sí: el "Estado" -otra entelequia de las abstracciones demagógicas, como el tal "México" al que usted apela- no tuvo nada, nadita que ver ni en Iguala ni en lo que pasó, pasa o pasará en este país: es casto, puro y, al parecer, inexistente. A las instituciones políticas, legislativas y de procuración de justicia del Estado -permítame aterrizar la abstracción- de un Estado históricamente priísta, por cierto, nada les compete lo que los pinches narcos y sus nefastos aliados partidistas hagan o dejen de hacer, ¿verdad? Ah, ¡qué bonita manera de lavarse las manitas! ¡Que inteligente forma de revocarle a esas instituciones todas sus responsabilidades y obligaciones!]
En este momento en el que está en juego el futuro de México [así, dicho con fervor, con patriotismo patriotero y ojitos llorosos: ¡¡¡MEEEXIIICOOO!!! Snif… Su México, Doña Beatriz, y su futuro (¿político?), ese que no quiere tener nada que ver con los muertos ni con los desaparecidos porque hace tiempo se deslindó de ellos y de la justicia, la verdad, la memoria y la garantía de no repetición que les debe, que nos debe a todos...], se tiene que llamar las cosas por su nombre [con una indispensable dosis de ambigüedad que permita no comprometerse a nada ni con nadie, supongo...], para que la sociedad deje de confundir a los profesionales de la desestabilización y a la delincuencia, con supuestos defensores de los derechos humanos. [¿No le digo? ¿A cuáles "profesionales" se refiere? Insisto una vez más: sea clara, no se ande con vaguedades porque eso nomás le ayuda a los "profesionales" esos tan pérfidos y anti-México en su presunta misión de confundir y atemorizar a la banda.]
Llama poderosamente la atención que quienes dicen defender a las víctimas se hayan olvidado de los verdaderos culpables —especialmente del exalcalde de Iguala y del crimen organizado— y lleguen a la capital del país tratando de que sus actos vandálicos aparezcan en las pantallas de televisión para crear el efecto de que el país se está quemando. [En eso estoy de acuerdo con usted: está claro que el país no "se está quemando" sino que ya se quemó todito y únicamente nos quedaron sus míseras cenizas. El apocalipsis ya pasó por México y ni nos dimos cuenta…]
¿Todos esos jóvenes embozados que hoy delinquen, escudados en el anonimato, saldrían a destruir lo que encuentran a su paso si no tuvieran enfrente una cámara de televisión? [Me permito responder a su pregunta retórica (más bien inútil y ociosa) y echar hipótesis así, irresponsablemente, como hace usted: sí, porque supongo que esos jóvenes anónimos no tienen el síndrome del reality show para andar esperando que aparezcan las cámaras y les den el claquetazo del vandalismo y de la necesaria y perniciosa desestabilización que voluntariamente conlleva, según supone usted...] Es una simple [y estupidísima] pregunta para decir que el plan desestabilizador fue pensado a sabiendas de que contaría con la ayuda voluntaria o involuntaria de los medios de comunicación, con la finalidad de hacer de cada acto vandálico un espectáculo y generar miedo entre la población. 
Otra parte de la estrategia [¿de veras?] consiste en ultrajar a los funcionarios que encabezan las principales instituciones. El viernes 7 de noviembre fueron utilizadas las redes sociales para tratar de denigrar —y yo diría de aniquilar— al procurador general de la república, Jesús Murillo Karam [¿Cómo se atreven a ultrajarlo con sus cochinos tuits aniquiladores cuando el pobre a penas puede con su alma? Leave Murillo Karam alone!!!].
En lugar de que los medios de información y usuarios de redes condenaran a quienes de manera bestial y salvaje pudieron haber asesinado a los jóvenes normalistas, se dedicaron a condenar a un procurador cuyo único pecado fue expresarse como cualquier ser humano al decir que “está cansado”. [El procurador más cansado, ojeroso y sin ilusiones de que se tenga memoria, no por eso el más humano. Este terrible caso de ultraje en redes sociales puede inspirar un hermoso y lucrativo musical sobre hielo que usted podría producir, si le interesa, para esta temporada navideña: Los procuradores también pecan (aunque sea inocentemente y por falta de sueño). En tiempos de barbarie, la cultura siempre cae bien, ¿qué no?]
Y en medio de todo este engranaje de perversidad [¿Neto? ¿"Engranaje de perversidad"? Ya le salió su vena telenovelesca, Doña Beatriz: este parlamento es digno de cualquier truculento melodrama de Juan Osorio, hasta me imaginé a La Gaviota usando tales palabras para defender la honorabilidad de su humilde nidito en Las Lomas...], no podemos dejar fuera a los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, cuya misión hoy ya no es la democratización de ese centro de estudios, sino dar largas a la resolución del conflicto para contribuir a la ingobernabilidad.
Conforme transcurren los días se le ven con más claridad las orejas al diablo. [¡Santísimo Niño de Atocha! Siempre creí que cuando se le viera la cola al diablo estaríamos completamente perdidos. Ahora, ¡hasta se le ven las orejas! ¡Ni Dios Padre nos salva de esta! Oiga Doña Beatriz, a pesar de las evidencias incontrovertibles (ejem…) y sospechosísticas que usted presenta en este texto sobre la mañosa trampa que le tendieron a un indefenso país, yo todavía no veo claro: ya díganos, con todas sus letras, quién es este maldito demonio desestabilizador. ¿O son varios? Porque como que al Peje y a Morena, a los estudiantes del Poli, a los tuiteros pendencieros, a los padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos (más respeto con ellos y ellas, ¿eh?), a los guerrilleros, a la Coordinadora de Maestros de Guerrero, a los defensores de derechos humanos, a los cárteles del narco con todo y sus sicarios y sus amigos en el poder partidista a distintos niveles, a los convenientemente elusivos y desmadrosos anarquistas, a la diversísima banda que se manifiesta pacíficamente y hasta al pobre perrito que baleó y mató un diligente judicial en CU no les pueden quedar unas mismas orejitas endiabladas al mismo tiempo, ¿no cree? O sea: ¿cómo que toditos complotaron en armonía perfecta contra "México"? De ser así, ¡qué capacidad organizativa tan bárbara tienen! Y cuánta maldad, oh sí, cuánta maldad...] Hay quienes están operando a todas luces en contra de los intereses de México, y los jóvenes —sean los de Ayotzinapa o sean los del Politécnico— han sido escogidos para crear condiciones adversas a la inversión y al desarrollo de la nación. [Pues sí, no hay duda alguna Doña Beatriz, el único interés legítimo de la nación es que los capitales extranjeros inviertan en ella para que las élites en el poder sigan perpetuando la desigualdad económica: la dignidad, la paz y esas cosas raras que ni se pueden comprar, ¡qué más dan! Además, no se hagan bolas, mocosos: es por todos conocido que los "jóvenes" siempre han sido unos idiotas manipulables porque detrás de tanto desmán sistemáticamente planeado segurito que está la larga mano negra, billetuda y ensangrentada de… ¡qué importa de quien! Lo importante en su texto, Doña Beatriz, parece ser convencernos de que ¡¡¡el CEN del PRI -y, por extensión, la institucionalidad estatal que preside- es inocente, igualito que Pepe el Toro!!! Por cierto, esto del compló, según usted, de veras que no dejó ningún cabo suelto: tiene la precisión de una coreografía digna del Ballet Bolshoi. Este compló está tan, pero tan bien orquestado por la siniestra e invisible mano de quién sabe quien que hasta parece una pedestre teoría de la conspiración...].
El secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, pronunció en Jalisco un discurso donde dejó ver los hilos que se mueven en la penumbra. Dijo: “El rumor, la intriga y la deslealtad corroen los cimientos, mancillan las convicciones y debilitan el potencial que tiene el país”. [Ay, el rigor lógico, la lucidez y claridad arrolladoras de esta declaración son conmovedoras. Ni parece un discurso vacío. Cuánta verdad y cuánto misterio en tan pocas palabras, de veras. Aquí nomás hace falta el meme de algún tétrico villano desestabilizador sobándose las manitas de uñas largas y sucias y diciendo en tono ominoso: "muuuuajaaaajjjjaaaajjjjaaaajjjjaaaajjjjaaaajjjaaaaa…"]
Los delincuentes se han salido, hasta ahora, con la suya. Han logrado impedir que las autoridades apliquen la ley [sic, porque en un país sin ley… pos, ¿cómo se va a andar aplicando así como así?], que sus actos vandálicos queden impunes y se multiplique la violencia por todo el país.
La condena nacional e internacional por la desaparición y posible exterminio de los 43 normalistas ha servido a los desestabilizadores [tan invisibles y sin nombres ni apellidos que parece que ni existen y que son más bien producto de intrigas desleales y desaforadas, Doña Beatriz, de rumores malintencionados que corroen, mancillan y debilitan...] para paralizar el gobierno mexicano, acusado por los mismos criminales de ser el principal violador de los derechos humanos. [Pobrecito gobierno: ¡tan cerca de los demoníacos desestabilizadores y tan lejos de la rendición de cuentas!] 
Le han puesto al país una trampa. [¡¡¡Muuuuajjjjaaaajjjjaaaajjjjjjaaaaaaa!!!]
Es imperioso que los delincuentes dejen de seguir ganando espacio en las calles, pero sobre todo en la opinión pública. [Se me hace que aquí olvidó añadir algo más Doña Beatriz, un detalle necesarísimo que curiosamente involucra de manera directa a las instituciones de ese Estado casto y puro que usted defiende, de ese Estado que no tiene por qué embrollarse con unas cuantas sucias nimiedades de un ejercicio de poder autoritario, impune y corrupto: que los "delincuentes", como usted los llama, dejen de ocupar cargos en la administración pública, en las instancias de procuración de justicia, en las policías a todos niveles, en el ejército, en las secretarías de estado, en el senado y la cámara de diputados, en las dirigencias nacionales, estatales y locales de todos los partidos políticos… No se haga la que la virgen le habla.] 
La recuperación de la gobernabilidad debe empezar en el terreno de las ideas y de la conciencia nacional. [Total, a nadie le importa la realidad tangible de la muerte, la violencia y el dolor. A usted parece no importarle. Y, la verdad, con la exactitud de estas claridosas (y medio paranoicas e inconscientes) "ideas" que usted presenta en este texto, no se avanza mucho, es más, no se avanza nada en ningún frente, empezando por el de las mentadas ideas. No se vaya a ofender, Doña Beatriz, pero me da la impresión de que al escribir estas líneas usted nomás recicló las frases más huecas de la tradicional y retrógrada demagogia priísta que muy bien conocemos. Luego por qué nadie le cree nada a las instituciones del Estado priísta mexicano, ni a Murillo Karam, ni a usted misma...]

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡No sé cómo lo lograste! Se requiere ser una verdadera profesional para aguantar el vómito mientras se analiza un texto así. ¡Y tú no sólo lo analizaste, sino con maestría! ¡Gracias! Tough job, but somebody HAD to do it! Y sólo tú pudiste hacerlo de esta forma genial.