viernes, 11 de diciembre de 2009

El sentido del basurero: apología de internet

El martes pasado fui al MuAC a un evento que resultó polémico e interesante. En el marco de la visita oficial a México de Michaëlle Jean, Gobernadora General de Canadá [1], su esposo -el cineasta Jean-Daniel Lafond- fue invitado de honor en el Foro La importancia del arte y la diversidad en la sociedad contemporánea. Originalmente, la discusión estaba planteada para girar en torno a las políticas culturales en las tres naciones firmantes del TLC, pero por algún extraño motivo el debate acabó tocando el tema de las nuevas tecnologías: el internet, para ser precisos. Las notas de prensa que he encontrado acerca del Foro se concentran en el mensaje de M. Lafond (un tipazo, por cierto) sobre el papel del arte como resistencia, como vector de la libre expresión y de la diversidad, y sobre la necesidad de un verdadero diálogo multicultural -centrado en la cooperación a todos niveles- entre Canadá, Estados Unidos y México. Sobre la controversia suscitada en el Foro a propósito de los contenidos en la red, sus causas y consecuencia, nada se dice. Por eso me tomo la libertad de hacerlo aquí.

Pareciera que una de las preocupaciones más punzantes para muchos de los asistentes al Foro es el hecho de que el internet resulta, a sus ojos, un gigantesco y virtual muladar: pura basura, pura mentira, pura manipulación, consumismo y estupidez. Que si la red es el gran escaparate del empobrecimiento del lenguaje; que si confunde a sus usuarios sobre lo que verdaderamente es arte y lo que de ninguna manera no lo es; que si fomenta el analfabetismo en todas las trincheras; que si se requiere Educación (con mayúsculas decimonónicas) para hacer buen y correcto uso de esta herramienta, etc., etc. Según los ponentes en el Foro, es como si una exorbitante mayoría de quienes postean en la red sus rolas, videos, poemas, fotos y demás no tuvieran absolutamente "nada qué decir": una horda de idiotas tecnologizados cuyo denominador común (salvo contadísimas exepciones entre tanta paja) es el sinsentido. Si bien sitios como Youtube, MySpace y Blogger han potencializado la diseminación de la libre expresión para millones de personas, desde una perspectiva canónica y elitista (y, si me apuran un poco, moralina), la calidad artística y/o el contenido ideológico de dicha expresión efectivamente dejan mucho que desear [2]. Ya antes aquí (y en más de una ocasión) me he referido a las incontables joyas de lo asqueroso que pululan en la red. Al menos si se atiende a un nivel semiótico de interpretación, creo que esas joyitas no son producto del sinsentido -ya lo dijo Luhmann: es imposible escapar al sentido-, sino que dicen mucho. Hace falta, como apuntó M. Lafond, escuchar (o ver o leer) con atención lo que cualquiera, lo que todos tenemos que decir [3], aunque a primera vista parezca una auténtica barbaridad.

El internet en tanto medio de comunicación masiva puede entenderse (entre muchas otras cosas) como una especie de pulso moral de nuestros tiempos. Los millones de personas que lo usan en infinidad de maneras (estoy pensando concretamente en el maremagnum de sitios donde alguien postea algo a título personal y recibe comentarios) muestran y discuten públicamente aquellos temas que les apasionan, les indignan, les preocupan, les intrigan, les interesan. Quiero creer que aún son mayoría los espacios virtuales en que esto se hace sin censura, en que este ir y venir de opiniones no tiene más requisito que el espectro de las limitaciones propias. Es posible que la generalidad de lo que se encuentra en la red no sea específicamente lo que a mi, como asidua de la misma, me parezca relevante [4]. Pero en la medida que ello habla de la diversidad de valores de esa masa amorfa y ajena que componen los otros [5], el internet resulta simultáneamente un laboratorio, fábrica y galería de la intersubjetividad contemporánea. De ahí que no lo descalifique de un plumazo y que mi humilde intención en tantas y tantas horas de ociosidad virtual sea, eventualmente, comprender esa suerte de dimensión simbólica que habita la red para desentrañar algunos de sus sentidos y significados, porque creo que vaya que los tiene.

NOTAS
1. Me parece sorprendente que la designación en 2005 de Jean como representante de Estado -una mujer negra nacida en Haití y naturalizada canadiense- no haya generado el alúd de comentarios que si generó el triunfo presidencial de Barack Obama en los US of A...
2. Porque, como espectadores medio ilustrados de este fenómeno y en un arrebato de esnobismo, ¿quién puede evitar la tentación de destrozar discursos que pueden calificarse de absurdos, que van de lo meloso a lo morboso, de lo ridículo a lo estúpido?
3. Tras escuchar a M. Lafond, se desvaneció un prejuicio que tenía sobre Canadá -aburrida tierra de los comedores de miel de maple con hartos deportes invernales-, un prejuicio producto de mi propia ignorancia y de incontables horas de ver South Park -el episodio Not without my anus, por ejemplo [3.1]-, un prejuicio por el cual me disculpo encarecidamente. El discurso de M. Lafond, a mi parecer, responde a la más auténtica convicción multicultural que seguramente millones de canadienses comparten: la aceptación del otro, el reconocimiento de su valía y la intención de tender puentes para un diálogo diverso y democrático. Gracias M. Lafond...
4. La enorme lista de temas que, siguiendo la premisa descrita en la Nota 2, considero irrelevantes puede ilustrarse mínimamente así: cualquier detalle puntual en la descarada exhibición de la vida íntima de estrellas del deporte, luminarias de espectáculo y lumbreras de la política (aunque la disolución de las fronteras entre lo público y lo privado es un tema que me encanta) y, por supuesto, cualquier cosa relativa al fútbol.
5. Y en la medida de que encuentro en extremo divertidos algunos de los desvaríos propios y ajenos me convenzo de que el humor nos hará libres.
SUBNOTA
3.1. Traté de incluir el link directo a este episodio, pero me fue imposible; si quieres verlo completo y en inglés, pícale aquí y búscalo en el "Episode Finder" para la segunda temporada.

7 comentarios:

Jessica Sosa Echagaray dijo...

ohhh
donde habia estado este blog toda mi vida?

Kurumo MI dijo...

Creo que algunos puntos de los que mencionas coinciden con mi forma menos racionalizada y ordenada de pensar, jaja.

Siempre he visto en internet una posibilidad de comunicación para personas de distintas latitudes y sus respectivas culturas, pues mediante lo que escriben y muestran -videos, pics, links...-, nos abren a todos los cibervoyeuristas -porque un poco placentero resulta ésto- su mundo interno y su peculiar forma de percibir aquel que compartimos, aún cuando nos encontramos sobre placas tectónicas opuestas.

Con eso me quedo de la Red, màs que si su origen es militar, si permite robar datos, si hace perder el tiempo... Prefiero enfocar a internet como una ventana a lugares lejanos y diferentes: aquellos que creamos sus mismos usuarios.

Anónimo dijo...

Me parece interesante tus comentarios pero el referente al Sr.Lafond difiero totalmente a veces las apariencias enganan es otro mas vividor del sistema y no todo lo que dijo de Canada te lo creas....

luis

La Rumu dijo...

Podré desdecirme en el futuro PERO creo que internet, ahora, es un tanto comparable con la TV, es decir, por un lado puede ser una puerta para el arte e investigaciones dignas y por el otro, una fuente de mero entretenimiento chatarra.

La Rumu dijo...

Podré desdecirme en el futuro PERO creo que internet, ahora, es un tanto comparable con la TV, es decir, por un lado puede ser una puerta para el arte e investigaciones dignas y por el otro, una fuente de mero entretenimiento chatarra.

Anónimo dijo...

Me gustaria que te pusieras a investigar de verdad su biografia de tu afamado y tipazo como lo llamas del tal Lafond, y te aseguro que cambiarias de opinion, solo por darte una idea de ese tipo, era uno de los precursores para destruir politicamente y socialmente Canada y ahora resulta que es todo un aristocrata(jajaja), es por eso que escribi en mi premier comentario que las apariencias enganan,(que por cierto no te diste la pena de escribirme sobre mi opinon) ya dejen el malinchismo a un lado solo por que es extranjero sus opiones son guauuu,

Luis.

Montserrat Algarabel dijo...

Luis: disculpa por no responder tus comentarios con mayor prontitud, pero no ha sido con la intención de ignorar lo que aquí has expresado, ni de limitar la comunicación. Mi impresión sobre M. Lafond es eso: la muy buena primera impresión de alguien a quien no conozco. Lo que más me gustó fue que M. Lafond resultó el único en el panel cuya opinión sobre internet no era decimonónica y despreciativa. El único que apeló por hacer de este medio un espacio para la diversidad y el diálogo. Tal vez sea malinchismo, pero los connacionales que estaban en el foro -Sealtiel Alatriste, por ejemplo- se distinguieron por su exquisitez al decir que internet, todo completito, era un basurero que no valía ni medio centavo. De ahí mi empatía con M. Lafond. A lo mejor era pura retórica pa' quedar bien y es verdad que a la gente se la conoce por sus hechos y nos sus palabras, por lo que investigaré su biografía.

Un saludo, n.