I
La Fotografía no dice (forzosamente) lo que ya no es, sino tan sólo y sin duda alguna lo que ha sido. Tal sutileza es decisiva. Vivo con la ilusión de que basta con limpiar la superficie de la imagen para acceder a lo que hay detrás: escrutar quiere decir volver del revés la foto, entrar en la profundidad del papel, alcanzar su cara inversa...
En la Fotografía, la inmovilización del Tiempo sólo se da de un modo excesivo, monstruoso: el Tiempo se encuentra atascado; no es necesario que me represente un cuerpo para sentir ese vértigo del Tiempo anonadado. La Fotografía es como la vejez: aunque sea resplandeciente, demacra el rostro...
III
Lo que la Fotografía reproduce al infinito únicamente ha tenido lugar una sola vez: repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente. La Fotografía tiene el poder de mirarme directamente a los ojos...
V
Veo, siento, luego noto, miro y pienso. La vida está hecha así, a base de pequeñas soledades. Una foto está enteramente lastrada por la contingencia de la que es envoltura transparente y ligera.
Textos: La cámara lúcida. Notas sobre la fotografía de Roland Barthes.
Fotos robadas cortesía (en alguna u otra forma) de: Víctor, Manu, Jez, Larissa, Roberto, Nadine y Moy.
5 comentarios:
me encanta el vestidito de lunares, el copetazo de gel, el delineador más negro que la noche!! qué tiempos aquellos!
¿Qué tal la foto de Manu de pelos amarillos y Daniel de cabellito corto? Ay, ¡¡¡buenísima!!! Y si: oh, aquéllos tiempos... Un beso Alex.
Me jacto de ser una pesona con muy buena memoria (al menos para lo que me importa). Eso es muy bueno salvo en la percepción del tiempo; cuando tienes buena memoria no sientes cuánto tiempo ha pasado y sientes, por ejemplo, que en 1997 ocurrieron acontecimientos "recientes" porque los tienes todavía muy frescos en la mente... hasta que te topas con una buena fotografía y te das cuenta que han pasado 12 años y que en esa época estabas terminando la secundaria y ahora ya eres todo un ñor.
Vi tu post hace unos días, pero me costó trabajo comentarlo, tal vez sea por mi reticencia a mirar fotografías de momentos felices que se han ido, ¿Y a dónde fueron a parar las sonrisas? suelo preguntarme, para después sentirme presa de un cuento triste.
Esa nostalgia fotográfica, tal vez sea el único castigo que pudo imponer el tiempo por tratar de encapsularlo.
Moy: ¡¡¡Tu no eres ningún ñor!!! Estás en la flor de la vida...
The fool: Ay, pero que hermoso comentario... Es dificil ver fotos de antaño sobre todo cuando se tiene, como yo, una tendencia a la melancolía...
Un saludo, n.
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