Yo digo: ¿Bueno?
E dice emocionada: ¡Amiga! ¡No me aguanté las ganas de llamarte!
Yo digo: ¿¡Qué pasó!? Por la voz te oyes super bien...
E dice: Ufff, ¡si! Bueno, más o menos: el cochino y pinche mundo en que vivimos me tiene muy deprimida. Pero he tenido un reencuentro amoroso de lo mejor, por el momento virtual pero reencuentro al fin y al cabo.
Yo me acuerdo de mi propio amor virtual, tan desconectado últimamente...
Yo pregunto intrigada: ¿Cómo? ¿Con aquél amor transocéanico tuyo?
E dice: No: por indiferente a él le di el carpetazo transocéanico que tu recomendaste.
Yo caigo en cuenta que mi amor virtual también es transocéanico, en cierto sentido...
Yo digo: Ahhh, ¿entonces?
E dice: Revisa la foto que acabo de comentar en Facebook...
Sin necesidad de una gran búsqueda, pico el link correcto y aparece un hombre muy sonriente y muy guapo (a mi parecer), de grandes ojos azules y con un paliacate del mismo color cubriéndole la cabeza.
Yo digo: Ay, amiga, qué bien...
E suspira y dice: Ahhh... mira que platicar con él es tan bueno para olvidarme un poco de los pederastas, del turismo sexual en Acapulco y de los Maras... Trabajar en Derechos Humanos a veces me abruma...
Yo digo: Solo espero que no tengas el teléfono intervenido, ¡ja!
E dice medio en broma, medio en serio: Seguramente ahora mismo dos agentes de traje negro y mocasines negros escuchan atentos lo que estamos diciendo...
Yo suelto: Ay, ¡por Dios! Señores agentes: por el momento aquí solo se ha hablado de amores y eso no es ningún crimen...
E y yo reimos.
Yo me quedo pensando: ¿Y si de veras tiene el teléfono intervenido?
E pregunta: ¿Cómo ha seguido Milagros?
Yo digo: Pues con la dosis doble de barbitúricos que le estoy dando está muchísimo mejor, toda dopada la pobre, pero mejor.
E advierte: Señores agentes: no vayan a pensar que Milagros es la roommate drogadicta a quien mi amiga dealer le corre medicamentos sin receta, ¡ja!
Yo, sin pensarlo, digo: No, no: es mi hija drogadicta.
Entonces se me desata el pequeño paranoico que llevo dentro y pienso: ¡Zaz! ¡Qué bocotas! Ojalá de veras no haya nadie más al otro lado de la línea...
Enciendo un cigarrillo para apaciguar al paranoico.
E dice: Hemos de aclarar que es una hija gatuna, ¡eh! No te vayan a denunciar con el DIF los agentes metiches que están escuchando nuestra conversación...
E suelta una carcajada y yo empiezo a reirme entre bocanadas, pero de los nervios.
E dice: Oye, a estas alturas del partido supongo que ya me tienes algo más que novedades virtuales de Herr...
El cigarrillo se me cae de entre los dedos y va a dar directo a mi regazo.
Yo, con el Jesús en la boca, la interrumpo mientras me sacudo la piernas: ¡Ay, no! ¡No, no! Ni digas su nombre que los agentes están parando la oreja, y en una de esas me lo deportan...
5 comentarios:
Jajajajajaja va aumentando mi rating de musa inspiradora de tu blog... primero mi aferrancia a votar (antes de que la depresiòn por defender derechos humanos me pegara tan duro) y ahora mi paranóica experiencia después de años de escuchar ruiditos raros en todos mis teléfonos... sí gobernación, yo soy aquella y sigo aquí, entre la lucha y la depresión por un mundo mejor (que no se si merece ser pisado por sus mocasines jeje)
a ke E acaba normal y tu paranoica, hehehe... en fin, tk care.... y te diria k te cuidaras del satelite, pero pues en mexico no usan eso :P
Jajajajaja!! Está buenísima la transcripción!! Jajajaja!! Me encantó el final, en serio... Hasta me puse de pie para reírme a escondidas entre los anaqueles, jajaja!!
Por cierto, me da gusto saber q has logrado controlarle los ataques a "Miracles", y yo en tu lugar dejaría de dar tanta información al hablar con tu amiga, jajaja! Saludos!
je je je qué buena
Eli: no se me agüite y siga luchando... ¡ja! Un besote.
Hermes: pues si, Eli de plano super cool como siempre y yo un poco viajadilla...
Kurumo: ¿verdad? Habrá que aprender a ser más discreta... Qué chido que este diálogo te hiciera reir tanto.
Aniuxa: ¡gracias por leer!
Saludos a todos, n.
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