miércoles, 30 de septiembre de 2009

Posteo un video a media semana...

... porque durante tres días he tratado de escribir algo para este blog, pero nomás no sale. Parece que un pérfido bloqueo literario me está pegando duro (¡el horror!). Porque hay demasiados temas en mi cabeza -sectas en ciernes, documentales sobre asesinos seriales, programas de "humorismo" blanco, spots políticos de dudosas intenciones chantajistas- y ninguno se concreta en palabras medianamente coherentes o legibles...



Además, admirar la guapura de Brian Molko sin tanto maquillaje siempre se agradece.
Video cortesía de lennoshane.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿De qué otra cosa podríamos hablar? Muerte, arte, censura, escándalo... y fiestas patrias

En medio de la resaca generalizada tras las benditas fiestas patrias, este miércoles que parece domingo me puse a explorar blogs. A partir de encontrar en el blog de David Miklos un texto que discute las opiniones de otro texto de Avelina Lésper sobre la obra de Teresa Margolles ¿De qué otra cosa podríamos hablar? me quedé pensando. El laberinto de links me hizo deambular entre las problemáticas que personal y profesionalmente me atribulan...

I
La materia fundamental con que Teresa Margolles (Culiacán, 1963) trabaja es la muerte. O, mejor dicho, la estela de rastros que ésta deja en su inexorable paso por el mundo. Desde su labor en los noventa con el grupo SEMEFO se puede apreciar -a través de videos, instalaciones, fotografías y performances- esta obsesión suya por dar cuenta de lo que, comprensiblemente, la gran mayoría prefiere relegar al olvido. Lo poco que he visto de la obra de Margolles me parece macabro y sórdido, por decir lo menos: mi estómago no da para tanto ante la sensación de sobrecogimiento que me produce (como muestra de ambas cosas, he aquí un autorretrato de la artista que, la mera verdad, por pudor no me atreví a postear: la autocensura me traicionó gachamente). Pero reconozco una suerte de necesidad en lo que Margolles hace, una especie de urgencia en obligar a mirar los bárbaros restos de la vida y, sobre todo, cuestionarse sobre las causas, muchas veces injustas, de la muerte. ¿De qué otra cosa podríamos hablar? es su más reciente exposición y representa a México en la Bienal de Venecia 2009. Margolles exhibe en las sombrías y desvencijadas habitaciones del Palazzo Rota Ivancich los vestigios de la guerra antinarco: sangre, destrucción, violencia. Frente a una realidad brutal, un exposición brutal. La excelente crónica de José Manuel Springer sobre ¿De qué otra cosa podríamos hablar?, publicada en Réplica 21, está aquí; el video a continuación es un breve recorrido por el Pabellón de México en la Bienal de Venecia, cortesía de zczfilms:


II
No soy crítica de arte. A duras penas entiendo lo que es ser antropóloga. Tengo una gran (de)formación profesional: estudié Sociología seis años. Y me he metido en camisa de once varas con una tesis sobre arte y moralidad: la reconstrucción del discurso de la censura y el escándalo en el cine mexicano de los últimos 40 años. Me resta un año para paliar mis lagunas o, por lo menos, para construir un texto en que hile lo más finamente posible mis dudas e impresiones (y en el que sistematice las toneladas de información que tengo y que pesan más cada día). Creo que la cuestión fundamental detrás de la censura y el escándalo es, como dice J.M Coetzee a propósito de la primera, sentirse ofendido. Aunaría a esto el sentirse vulnerado y transgredido. Toda expresión entonces es potencialmente censurable y escandalizante dada la diversidad innegable de posturas morales en una sociedad porque puede leerse como un ataque a las más firmes convicciones de cualquiera. La obra de Margolles entonces lógicamente ofende y vulnera a sus espectadores, de alguna u otra manera, en la explícita visibilidad de la transgresión máxima: ese otro temible, de rostro repugnante, ese otro último: la muerte. Si hacer esto es arte o no, aún me lo cuestiono porque ¿qué es el arte y cuál es su función (si es que ha de tener una forzosamente)? De lo que si puedo hablar, un poquillo nada más, es de las cosas que siento como ofensas...

III
México hoy día me asusta. Me preocupa, me duele. Independientemente de "buenos" y "malos", de "policías" y "ladrones", de _____ y de _____ (rellénense los espacios con los nombres de quienes ustedes gusten), es intolerable que en los últimos años hayan muerto miles en una guerra que da visos de ser interminable. México rezuma sangre y violencia, transpira miedo. ¿Cómo es posible que esto se permita y hasta se fomente? ¿Cómo es posible que se aplauda? ¿Cómo ponerle al pandemónium que vivimos punto final? Y sobre todo: ¿cómo es que llegamos a esta situación? Por eso también me pregunto: ¿qué festejar? ¿Hay motivo de celebración estando las cosas como están? Anoche no me faltaron ganas de salir a dar el antigrito: el grito de la indignación ante la muerte generalizada a manos de las balas, el hambre, la pobreza o la desesperanza. Los festejos septembrinos de ayer en verdad me escandalizaron, al tiempo que me sentí incapaz de censurar el fervor patrio de, digamos, mis vecinos: quién soy yo para decirles esto, lo otro o lo de más allá. Así que me quedo con mis ofensas y sentimientos encontrados y los vierto en este blog, abusando tal vez de mis amables lectores. Vaya intríngulis: quien me manda a interesarme por estos temas...

sábado, 12 de septiembre de 2009

Cómo se siente vivir. A propósito del primer aniversario luctuoso de David Foster Wallace

Para Karsten

Hoy hace exactamente un año, David Foster Wallace decidió que ya no había motivos ni razones para seguir viviendo. La depresión clínica que había padecido por décadas y de la que únicamente su círculo más íntimo tenía conocimiento fue culpable de que se colgara. El Nardil que tomó durante años no fue suficiente para sobrellevar el infierno personal de sus últimos días cuando, tras un tiempo de verse libre del medicamento, al volver a tomarlo ya no hizo efecto. Sus alumnos y colegas nunca sospecharon que un hombre tan vital, generoso, brillante y divertido fuera presa de la depresión. Por eso la noticia de su suicidio sacudió profundamente a quienes lo conocían y también a quienes supieron de él solo a través de su obra.

Wallace [1] quería atestiguar con sus escritos “cómo se siente vivir”, en lugar de hacer de la escritura un alivio para las sensaciones –a veces desgarradoras- de la vida [2]. Tal vez por ello en sus novelas y ensayos se intuye la presencia constante de personajes que podríamos caracterizar como deprimidos y/o suicidas y que luchan, de alguna u otra forma, por mantenerse a flote [3]. El primer párrafo en su relato The Depressed Person, publicado en enero de 1998 en Harper’s Magazine, es ahora muda evidencia de un estado de ánimo al cual Wallace no era ajeno: La persona deprimida padecía un dolor emocional terrible e incesante y la imposibilidad de compartir o articular este dolor era, en sí misma, un componente del dolor y un factor que contribuía a su horror esencial. [4]

Junto con la depresión, dos de los temas recurrentes en la literatura de Wallace son la soledad y la tristeza. Según él, Infinite Jest había sido concebida en un inicio como una novela terriblemente triste, aunque a muchos lectores nos parezca endemoniadamente divertida. En su excelente ensayo E Unibus Pluram. Television and U.S. Fiction, Wallace explica (entre muchas otras cosas) el estrecho lazo entre la soledad del espectador masificado –supongo que también triste y hasta deprimido y hasta suicida- y el voyeurismo televisivo:


Nosotros podemos verlos; Ellos no pueden vernos. Podemos relajarnos, sin ser vistos, mientras nos los comemos con los ojos. Resulta que yo creo que esta es la razón por la cual la televisión también es tan atractiva para la gente solitaria (…) Los solitarios, como los personajes ficticios, aman observar en un solo sentido. Porque la gente solitaria generalmente es solitaria no debido a una deformidad horrenda o al olor o a ser odiosa, de hecho hoy existen apoyo y grupos sociales para personas con precisamente estos atributos. En lugar de eso, la gente solitaria tiende a ser solitaria porque rehúsa soportar los costos psíquicos de la compañía de otros humanos. Es alérgica a la gente. La gente le afecta intensamente, en demasía. [5]


Esta incapacidad, falta de voluntad o motivación para relacionarse con otros; este sentirse fuera de lugar en contextos de típica socialización, aunado al sentir tan dentro y con tanta fuerza a los demás –desde sus juicios hasta sus miradas- también resulta un leit motiv en la obra de Wallace. Sus personajes -él mismo incluso- aluden permanentemente a la dificultad de la interacción entre personas (hasta cuando la mediación es el amor o la amistad…), a los absurdos del roce social, a la vacuidad de muchas situaciones que implican tener que vincularse con la gente. Un viaje en crucero por el Caribe, con todas las comodidades, excesos y opulencias, algo así como las vacaciones de ensueño para una gran mayoría, puede ser, desde la perspectiva ingeniosamente crítica de Wallace [6], materia para sentir que se pierde la esperanza:

Hay algo acerca de los Cruceros de Lujo para el mercado masivo que es insoportablemente triste. Como la mayoría de las cosas insoportablemente tristes, da la impresión de ser increíblemente elusivo y complejo en cuanto a sus causas y simple en su efecto: a bordo del Nadir (…) sentí desesperación (…) Tal vez está cerca de lo que la gente llama terror o angustia. Pero no es eso. Es como quererse morir para escapar al sentimiento insoportable de hacerme consciente de que soy pequeño y débil y egoísta y de que, sin duda alguna, voy a morir. Es querer lanzarse por la borda. [7]

Wallace se lanzó por la borda de la vida un 12 de septiembre. Incluso quienes solo tenemos algunas vagas nociones de cómo sintió vivir por lo que dejó escrito lamentamos que no siga viviendo, sintiendo y escribiendo para intentar compartir, aunque solo sea mediante la lectura, esa tristeza y soledad que tan genialmente supo teñir de humor e ironía. Descanse en paz.


NOTAS

1. Omito el Foster, apellido de soltera de su madre que le endilgó un editor y que permaneció con Wallace a lo largo de su carrera, porque él mismo decía que no le gustaba.

2. Este anhelo de Wallace lo descubrí en el estupendo artículo The Lost Years & Last Days of David Foster Wallace de David Lipsky publicado en octubre de 2008 en Rolling Stone Magazine, cuyo link se encuentra aquí.
3. Mi intención con estas citas no es buscar los indicios retrospectivos del suicidio de Wallace, como seguramente muchos han hecho y siguen haciendo. Solo quiero dar cuenta de una pequeñísima parcela de “cómo se siente vivir” desde las palabras del propio Wallace, palabras que en estos tiempos de exilio en interiores me resuenan hondamente.
4. The depressed person was in terrible and unceasing emotional pain, and the impossibility of sharing or articulating this pain was itself a component of the pain and a contributing factor in its essential horror. Para leer este relato en su totalidad, en formato pdf, al igual que otros textos de Wallace publicados en Harper's, pícale aquí.
5. We can see Them; They can’t see Us. We can relax, unobserved, as we ogle. I happen to believe this is why television also appeals so much to the lonely people (…) The lonely, like the fictive, love one way-watching. For lonely people are usually lonely not because of hideous deformity or odor or obnoxiousness –in fact there exist today support- and social groups for persons with precisely these attributes. Lonely people tend, rather, to be lonely because they decline to bear the psychic costs of being around other humans. They are allergic to people. People affect them too strongly.
Este texto está publicado en la compilación de ensayos de David Foster Wallace A Supposedly Fun Thing I'll Never Do Again: essays and arguments, Back Bay Books/Little Brown and Company, Nueva York, 1998. Dicha antología también incluye la crónica, cuyo nombre le da título al volumen, sobre las peripecias de Wallace en su travesía por el Caribe abordo de un crucero.
6. El propio sentimiento de inadecuación de Wallace ante un lujo y una atención desbordados y llevados a extremos absurdos, así como un extrañamiento casi antropológico frente a la experiencia son la piedra de toque en su crítica y constituyen gran parte de su humor.

7. There is something about a mass-market Luxury Cruise that’s unbearably sad. Like most unbearably sad things, it seems incredibly elusive and complex in its causes and simple in its effect: on board the Nadir (…) I felt despair (…) It’s maybe close to what people call dread or angst. But it’s not these things quite. It’s like wanting to die in order to escape the unbearable feeling of becoming aware that I’m small and weak and selfish and going without any doubt at all to die. It’s wanting to jump overboard.
Para bajar en pdf la versión que Harper's publicó de este texto en enero de 1996 bajo el título Shipping out: On the (nearly lethal) comforts of a luxury cruise, el link está aquí.

Las traducciones de los textos de Wallace son cortesía de nimbemon.

Las fotos, de www.123people.com y www.kcrw.com

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Fotos robadas

Fotos robadas, fotos virtuales. Fotos que alguna vez tuvieron un soporte físico, prueba de su real existencia, una impresión de papel brilloso perdida tras los años de constantes mudanzas. Descubrir estas fotos encalladas en el ciberespacio me removió las fibras del corazón que solo se remueven cuando ataca la nostalgia. Por eso las robé. Para observar atenta ese segundo hurtado al olvido y hacerlo presente, para transportarme al momento justo del click y preguntarme: ¡ay!, ¿dónde fue a parar todo esto, además de estar escondido en un rincón profundo de mi memoria? ¿Quedó algo de ese instante salvo el remedo de recuerdo que centellea deslavado, oscurecido, pixeleado en mi pantalla? ¿Salvo el simulacro alterado de lo que fue?

I
La Fotografía no dice (forzosamente) lo que ya no es, sino tan sólo y sin duda alguna lo que ha sido. Tal sutileza es decisiva.
Vivo con la ilusión de que basta con limpiar la superficie de la imagen para acceder a lo que hay detrás: escrutar quiere decir volver del revés la foto, entrar en la profundidad del papel, alcanzar su cara inversa...

II

En la Fotografía, la inmovilización del Tiempo sólo se da de un modo excesivo, monstruoso: el Tiempo se encuentra atascado; no es necesario que me represente un cuerpo para sentir ese vértigo del Tiempo anonadado. La Fotografía es como la vejez: aunque sea resplandeciente, demacra el rostro...





























III
La Fotografía sólo adquiere su valor pleno con la desaparición irreversible del referente, con la muerte del sujeto fotografiado, con el paso del Tiempo. La fecha forma parte de la foto: no tanto porque denota un estilo, sino porque hace pensar, obliga a sopesar la vida, la muerte, la inexorable extinción de las generaciones...















IV
Lo que la Fotografía reproduce al infinito únicamente ha tenido lugar una sola vez: repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente. La Fotografía tiene el poder de mirarme directamente a los ojos...




V
Veo, siento, luego noto, miro y pienso. La vida está hecha así, a base de pequeñas soledades. Una foto está enteramente lastrada por la contingencia de la que es envoltura transparente y ligera.

Textos: La cámara lúcida. Notas sobre la fotografía de Roland Barthes.

Fotos robadas cortesía (en alguna u otra forma) de: Víctor, Manu, Jez, Larissa, Roberto, Nadine y Moy.


domingo, 6 de septiembre de 2009

El bigote sexy de Eugene Hütz: sobre Filth and Wisdom

Para mi grata sorpresa, Filth and Wisdom -el reciente debut de Madonna como directora- me pareció una película bastante divertida. Gran parte de la sorpresa se debió a que yo esperaba (quién sabe por qué artes) un documental sobre Gogol Bordello, excelente banda punk gitana de Nueva York. Y en lugar de eso me encontré la historia de cómo tres roommates en Londres se las arreglan para concretar la vida cotidiana. A.K (un Eugene Hütz tan fantástico que es fácil prendarse de él, ahhh) batalla por llevar a su banda -Gogol Bordello, go figure- al estrellato, pero paga las cuentas gracias a un trabajo de dominatrix; Holly (Holly Weston) es bailarina de ballet desempleada, por lo que termina trabajando el tubo en el antro Beechman's; y Juliette (Vicky McClure), un chica que dejó la comodidad de su familia millonaria, trabaja en la farmacia del malhablado indio Sardeep (Inder Manocha), secretamente enamorado de ella, mientras espera tener los medios para viajar al África y ahí combatir el hambre. A.K, Holly y Juliette comparten el piso de arriba en la casa del sombrío Christopher Flynn (Richard E. Grant), un reconocido poeta que después de quedar ciego dejó de escribir.

Tras las primeras secuencias de Filth and Wisdom -Holly matando salvajemente una cucaracha con su delicada zapatilla rosa; A.K enfundado en botas negras militares azotando a un pobre señor de lentes; A.K y Flynn hablando sobre las palabras, el amor y el talento- uno podría suponer que se trata de una película cruda e irónica: nada de eso. Madonna se va por las ramas y pinta una serie de viñetas más humorísticas que dramáticas en las que sus personajes siempre salen bien librados y, finalmente, consiguen lo que quieren en un desenlace demasiado feliz para una película con ese título. El gran acierto de Filth and Wisdom es A.K, personaje y narrador al mismo tiempo, cuyos continuos comentarios a cámara sobre la vida y otros asuntos mantienen la atención del espectador, le sacan una o dos buenas carcajadas y dotan a la película del encanto que tiene. A.K, cínicamente desparpajado y atractivamente carismático (atributos que no le debe a Madonna), tiro por viaje dice cosas del estilo: You know, in my country there is a saying: if you want to reach the sky, fuck a duck and learn to fly... Además la música de Gogol Bordello -que también puede escucharse en Everything is illuminated, esa cinta maravillosa de Liev Schreiber donde también aparece Eugene Hütz- siempre se agradece. Una buena película dominguera, gracias a la cual tengo un nuevo crush; como dice la revista Variety: Filth and Wisdom hace que un bigote de manubrio sea sexy...



El trailer es cortesía de queerscreen.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Gustavo Cerati es una Fuerza Natural

Nena, no volvió el ayer.
Me puse delante de mis ojos
para ver chispas de oscuridad.
No es tan importante: sé que dios es bipolar.
Cambiará como el mar lo que siento,
es algo natural
, cada vez más fuerte...
Fuerza natural, Gustavo Cerati

Con varios posts dormitando en el tintero desde hace ya un buen rato -1-
, me decidí por escribir sobre el más reciente disco de Cerati. Para sobrellevar una tarde húmeda y nublada como la de hoy, lo que se necesita es un disco impecable y excelente: Fuerza Natural, así con mayúsculas porque es grande. Ayer que lo escuché por primera vez me di cuenta cuán difícil es tener oidos nuevos para los viejos favoritos (como seguramente me pasó con Sounds of the Universe de Depeche Mode): es fácil oir ecos de lo que uno lleva escuchando años, es fácil comparar con lo viejo y hacer añicos cualquier expectativa -sobre todo a nivel emocional- que uno pueda tener de lo nuevo. Pero Fuerza Natural de Cerati no decepciona en lo más mínimo.



Después de esas dos joyitas de lo espectacularmente estupendo que son Bocanada (1999) y Siempre es hoy (2002), en las que predomina lo electrónico aunque también tengan sus toques rockeros, Cerati marcó la pauta de lo que se puede esperar en un disco suyo (por eso creo que Ahí vamos de 2006 -con más canciones medianas que memorables- no me encantó especialmente). Concedido: los años han hecho a Cerati muy comercial y se ha alejado de sonidos complejos o experimentos heterodoxos. Fuerza Natural es bastante digerible, es "de música ligera" finalmente, pero balancea con maestría lo rítmico y lo melódico, el punch fresa del primer sencillo Déjà vu o de Rapto, con las armonías de ensueño en Sal y Numeral. Además, rolas como Amor sin rodeos o Tracción a sangre tienen un dejo country en las guitarras y los arreglos que hasta se antojan para musicalizar una road movie o un episodio de Los Dukes de Hazzard. El resultado: un disco divertido y muy prendido que da pa'rriba y a ratos se metamorfosea en algo hermosamente melancólico.



Si de dar estrellas se trata, yo le doy 5 de 5.
La música de Cerati es cortesía de jorghelouiz.


NOTA
1. Posts como el de
Crossing the Bridge que nomás no he podido terminar; el que destrozará el libro ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? -si, asiduos y asiduas a este bló que esperan ansiosos y ansiosas otra trifulca, lo estoy leyendo a paso de tortuga porque no es nada agradable-; un Top Ten de los lugares comunes en las telenovelas; algo sobre asesinos seriales para completar la Trilogía (¡ja!) Crimen y castigo; más traducciones de extractos de Infinite Jest, sumado todo esto a lo que mi cabecita loca acumula a diario...


jueves, 3 de septiembre de 2009

Los agentes invisibles

Yo digo: ¿Bueno?
E dice emocionada: ¡Amiga! ¡No me aguanté las ganas de llamarte!
Yo digo: ¿¡Qué pasó!? Por la voz te oyes super bien...
E dice: Ufff, ¡si! Bueno, más o menos: el cochino y pinche mundo en que vivimos me tiene muy deprimida. Pero he tenido un reencuentro amoroso de lo mejor, por el momento virtual pero reencuentro al fin y al cabo.
Yo me acuerdo de mi propio amor virtual, tan desconectado últimamente...
Yo pregunto intrigada: ¿Cómo? ¿Con aquél amor transocéanico tuyo?
E dice: No: por indiferente a él le di el carpetazo transocéanico que tu recomendaste.
Yo caigo en cuenta que mi amor virtual también es transocéanico, en cierto sentido...
Yo digo: Ahhh, ¿entonces?
E dice: Revisa la foto que acabo de comentar en Facebook...
Sin necesidad de una gran búsqueda, pico el link correcto y aparece un hombre muy sonriente y muy guapo (a mi parecer), de grandes ojos azules y con un paliacate del mismo color cubriéndole la cabeza.
Yo digo: Ay, amiga, qué bien...
E suspira y dice: Ahhh... mira que platicar con él es tan bueno para olvidarme un poco de los pederastas, del turismo sexual en Acapulco y de los Maras... Trabajar en Derechos Humanos a veces me abruma...
Yo digo: Solo espero que no tengas el teléfono intervenido, ¡ja!
E dice medio en broma, medio en serio: Seguramente ahora mismo dos agentes de traje negro y mocasines negros escuchan atentos lo que estamos diciendo...
Yo suelto: Ay, ¡por Dios! Señores agentes: por el momento aquí solo se ha hablado de amores y eso no es ningún crimen...
E y yo reimos.
Yo me quedo pensando: ¿Y si de veras tiene el teléfono intervenido?
E pregunta: ¿Cómo ha seguido Milagros?
Yo digo: Pues con la dosis doble de barbitúricos que le estoy dando está muchísimo mejor, toda dopada la pobre, pero mejor.
E advierte: Señores agentes: no vayan a pensar que Milagros es la roommate drogadicta a quien mi amiga dealer le corre medicamentos sin receta, ¡ja!
Yo, sin pensarlo, digo: No, no: es mi hija drogadicta.
Entonces se me desata el pequeño paranoico que llevo dentro y pienso: ¡Zaz! ¡Qué bocotas! Ojalá de veras no haya nadie más al otro lado de la línea...
Enciendo un cigarrillo para apaciguar al paranoico.
E dice: Hemos de aclarar que es una hija gatuna, ¡eh! No te vayan a denunciar con el DIF los agentes metiches que están escuchando nuestra conversación...
E suelta una carcajada y yo empiezo a reirme entre bocanadas, pero de los nervios.
E dice: Oye, a estas alturas del partido supongo que ya me tienes algo más que novedades virtuales de Herr...
El cigarrillo se me cae de entre los dedos y va a dar directo a mi regazo.
Yo, con el Jesús en la boca, la interrumpo mientras me sacudo la piernas: ¡Ay, no! ¡No, no! Ni digas su nombre que los agentes están parando la oreja, y en una de esas me lo deportan...

Infinite Jest/La broma infinita. David Foster Wallace

The Union of the Hideously and Improbably Deformed was unofficially founded in London in B.S. 1940 in London U.K. by the cross-eyed, palate-clefted, and wildly carbuncular wife of a junior member of the House of Commons, a lady whom Sir Winston Churchill, P.M.U.K., having had several glasses of port plus a toddy at a reception for an American Lend-Lease administrator, had addressed in a fashion wholly inappropriate to social intercourse between civilized gentlemen and ladies. Unwittingly all but authoring the Union designed to afford the scopophobic empathic fellowship and the genesis of sturdy inner resources through shame-free and unconstrained concealment, W. Churchill — when the lady, no person's doormat, informed him with prim asperity that he appeared to be woefully inebriated — made the anecdotally famous reply that while, yes, yea verily, he was indeed inebriated, he would the following A.M. be once again sober, while she, dear lady, would tomorrow still be hideously and improbably deformed. Churchill, doubtless under weighty emotional pressures during this period in history, had then proceeded to extinguish his cigar in the lady's sherry and to place a finger-bowl napkin delicately over the ruined features of her flaming visage.

***

El Sindicato de los Horrorosa e Improbablemente Deformes fue fundado extra oficialmente en Londres, R.U., en el Londres de 1940 A.S., por la esposa vizca y de paladar hendido de un miembro subalterno de la Cámara de los Comunes, salvajemente infestada de carbúnculos, una dama a la cual Sir Winston Churchill, P.M.R.U., se había dirigido de forma completamente impropia según las relaciones sociales entre caballeros y damas civilizados tras haber tomado varias copas de oporto, además de un toddy, en la recepción de un Administrador americano de Préstamos y Arriendos. W. Churchill, del todo ignorante al dar autoría al Sindicato diseñado para proporcionar membresía escopofóbica y empática y la génesis de sólidos recursos interiores a través de la carencia de vergüenza y del ocultamiento no impuesto, dio la anecdóticamente famosa respuesta a la dama –cuando ésta, tapete de nadie, le hizo saber con remilgada asperidad que daba la impresión de estar deplorablemente borracho- de que mientras él, si, verdaderamente, estaba ebrio de hecho, a la mañana siguiente estaría sobrio de nuevo, mientras que ella, querida dama, al día siguiente seguiría estando horrorosa e improbablemente deforme. Churchill, sin duda bajo presiones emocionales de peso en este periodo en la historia, procedió a extinguir su puro en el jerez de la dama, para después colocar delicadamente sobre los arruinados rasgos de su cara encendida la servilleta de una jofaina.


miércoles, 2 de septiembre de 2009

La cartita de Felipón

Hace unos días llegó a mi domicilio una cartita verdaderamente enternecedora: la misiva de Felipón en que personalmente y en persona (con todo y firma escaneada, haiga sido como haiga sido) me da a conocer algunos de sus muchos e importantes logros con motivo del Tercer Informe de Gobierno. Seguramente Felipón obtuvo mi dirección de la base de datos de Conacyt y, como ha de haber pasado con todos los colegas becarios, se tomó valioso tiempo de su muy apretada agenda en el combate antinarco para dedicarme unas emotivas líneas:

Apreciable
(eso si: ni siquiera puso mi nombre, ¡ash!):

El Gobierno Federal rinde cuenta de sus acciones y sus resultados
(aunque solo sea por escrito y vía postal). Por ello me es grato informarte (ah, ¡qué confiancitas Felipón!) los avances de uno de los programas que estamos impulsando en esta administración (a ver: cuéntamelo todo).

La beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a la cual te hiciste acreedor, es muestra del trabajo que el Gobierno Federal lleva a cabo para que más estudiantes destacados como tú
(ay, ¡muchas gracias!), tengan acceso a una educación de excelencia. En este tercer año de gobierno hemos apoyado a casi 28 mil estudiantes a través de nuestro programa de becas (¿te cae? Y, si no es indiscreción, ¿le han reducido el monto de la beca a todos ellos o solo a los que acaban de ingresar a un posgrado de esos que llaman "de excelencia"?). Esfuerzos como este forjarán los recursos humanos altamente calificados que llevarán a México a un mayor desarrollo científico, tecnológico y social (¡Dios te oiga!).

Nuestro país es la suma del esfuerzo de todos los mexicanos. Hoy que enfrentamos grandes desafíos
(¿te refieres al huracán Jimena?), el empeño y el compromiso de personas como tú son vitales para salir adelante (ay, Felipón, no sigas que me ruborizo...).

Todos tenemos un papel que cumplir y sé que tú harás la parte que te corresponde. México cuenta contigo
(me has conmovido hasta las lágrimas, snif...).

Puedes tener la certeza de que el Gobierno Federal le seguirá dando la más alta proridad al desarrollo en ciencia, tecnología e innovación
(ahora entiendo: por eso Conacyt repartió 2 mil millones de pesos entre Kimberly Clark, Volkswagen y Monsanto...). Igualar las oportunidades de superación es el mejor camino para avanzar hacia un mejor futuro para ti, para tu familia (¿a poco ya hay políticas públicas para gatitos?), para tu comunidad y para todo México (al fin podré dormir tranquila).

Atentamente,

Felipe Calderón Hinojosa
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

La verdad no se qué suceso ha sido el más entrañable en los años que me ha tocado vivir el despliegue presidencial con motivo de su anual rendición de cuentas: las lágrimas de perro de López Portillo en su informe de gobierno final; la carita de indiferencia de Salinas de Gortari ante una manta desplegada en San Lázaro con la consigna: "Mientes, Salinas"; el espanto contenido de Zedillo frente a Rascón y su máscara de cerdo; el "entregas tu último informe y te vas corriendo" de Fox, con todo y dispositivo de ultra seguridad; o la hermosa cartita que me envió Felipón y atesoraré toda la vida.