martes, 16 de junio de 2009

Estragos




























Otra vez me dieron las 4 AM (¡changos!) y yo sigo sin poder despegarme de este teclado, de esta pantalla, nomás acordándome de... Como dice Juan Gabriel (de cuya inspiración ya había hecho uso en este blog):
Abrázame que el tiempo pasa y nunca perdona, ha hecho estragos en mi gente como en mi persona. Abrázame que el tiempo es malo y muy cruel amigo. Abrázame que el tiempo es oro si tu estas conmigo... Si: vaya que el tiempo es oro, es cruel y malo y, sobre todo, no perdona a nadie.

Recuerdo cuando tomé esta foto: estaba en Pozolapan, Veracruz, y era el verano de 1994 (por alguna extraña razón, solo tengo transparencias de las fotos de ese viaje). Estaba enamoradísima de mi primer novio de verdad, estudiaba Sociología en la UNAM y la vida era sencilla, dulce y divertida. En ese viaje descubrí a Pink Floyd (un poco tarde a comparación de muchos, ¿no?) y atisbe el grado extremo de la pobreza en México cuando Lulú, Gugue y yo nos embarcamos en una misión profiláctica con Mexfam en la Sierra de los Tuxtlas. Jamás había ayudado a un ginecólogo a hacer un papanicolau ni sabía que las escuelas bilingües de esa región enseñan popoluca y castellaño a sus alumnos. Nunca había sentido tanta hospitalidad como en esas comunidades dolorosamente marginadas y hasta hoy día no he probado unos tamalitos de elote tan buenos como los que nos dieron aquella vez.

Corte a: 15 años después. Dios sabe cuántos kilos y quebrantos después. La vida sigue teniendo sus momentos de diversión (que conste que no estoy tan deprimida), pero se ha vuelto agridulce -trilce como diría César Vallejo- y a veces complicada. Ahora no puedo decir que estoy enamorada de alguien, tal vez todavía un poquito, porque para mi recién impuesta soltería decir eso no es recomendable. Sigo estudiando -¡quien lo hubiera pensado!- Antropología esta vez y sigo escuchando a Pink Floyd. Hace añales que no veo a Lulú y Gugue, aunque el Facebook me da una sensación de cercanía con ellas, virtual, claro está. México sigue igual o peor de pobre que hace 15 años y no he vuelto a los Tuxtlas. Pasó el tiempo e inexorablemente nos hicimos más viejos. Y después de todos estos años, Juan Gabriel sigue cantando: Abrázame que el tiempo hiere y el cielo es testigo que el tiempo es cruel y a nadie quiere. Por eso te digo: abrázame muy fuerte amor, mantenme así a tu lado. Yo quiero agradecerte amor todo lo que me has dado...


3 comentarios:

La Rumu dijo...

Zas! Me pusiste nostálgica.
Lo dicho, el tiempo es el mejor maestro, pero tiene la costumbre de matar a sus alumnos.

Montserrat Algarabel dijo...

sip: killer time... en todos sentidos.
saludos, n.

Moy dijo...

ASh, me has puesto un poco nostálgico... JEJE. Qué padre es acordarse con tanta lucidez del pasado ¿no? Yo me jacto de tener buena memoria, aunque a veces no es tan chido porque no te das cuenta del paso del tiempo porque recuerdas muy bien los detalles de lo que has vivido y de pronto crees que aquello que "acaba de pasar" fue hace 5, 10 ó 15 años.